ERES

Eres como la luna
Que no se puede alcanzar
Y una estrella fugaz
Que no se puede tocar
Como el fruto prohibido
Que no se debe probar
Como todos los sueños
Que no son realidad

Eres como las aves
Cargadas de libertad
Y también
Yo quisiera volar
Tan alto como tú
Las estrellas rozar
Siempre
Contigo
Si quieres

Eres como las nubes
Igual que vienen se van
Eres como la lluvia
Que moja la ciudad
Y yo voy caminando
Sientiendo que tú estás ahí

Eres como las cosas
Que no se pueden tener
Y una estela en el mar
Que no se puede coger
Como hoja en el viento
Que no sabe a dónde va
Como copos de nieve
Que no se pueden guardar

Como el sol cuando asoma
Brindándome su calor
Porque sé
Que no puedo esperar
Que seas para mí
Un minuto quizás
Quiero
Tan sólo
Un segundo

LA MADRE

La madre

Esa persona que le da la vuelta a su mente cuando apareces en su vida y ya no le pertenece.
La que convierte los minutos en horas para regalártelos.
La que vela por tus sueños.
La que transforma sus manos en suaves alas para acariciarte.
La que arrima su hombro para tu consuelo.
La que te escucha aunque no te entienda.
La que te mira y sólo ve lo bueno de ti.
La que acepta todos tus defectos.
La que ama sin condiciones.
La que te ofrece su regazo para tu sosiego.
La que cierra su boca para dártelo a ti.
La que arrincona el cansancio poniendo una sonrisa.
La que cree que nada es bastante para cuidarte.
La que siempre está ahí.
La que nada se le pone por delante si se trata de tí...

La madre, la que te parió.
La que te adoptó.
La que ejerce como tal
Es ella. LA MADRE

BECQUER

Mientras haya unos ojos que reflejen los ojos que lo miran;
mientras responda el labio suspirando al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa ¡habrá poesía!

G. A. Bécquer"

Recuerdo el pequeño homenaje que le hice al poeta de poetas, trovador de trovadores y romántico entre los románticos, con mi humilde aportación sobre su obra en un trabajo de literatura en mis años de estudiante.
Desde entonces pensé que ser poeta era un alto grado que nunca podría, ni puedo, ni podré alcanzar...

EL LOCO DE ARRIBA

Sí. Ese que está todo el día divagando por las autopistas neuronales y a la primera de cambio se para en el arcén de la primera neurona que se encuentra o se detiene en mitad del camino colapsando el tráfico. Provocando que se agolpen tus racionales pensamientos, tus firmes decisiones, tus ideas claras... Creando por enésima vez un tapón de dudas, indecisiones, barruntos, recelos, cuestiones...
Bueno ¿Y qué? Si no fuera por él nadie se estrujaría las sienes, no te latiría el corazón, no te podrías reír, ni llorar, ni tampoco saborear eso que te gusta... Déjale a su aire. No sabes lo que tienes.

Gracias, sentimiento, sigue así de loco.

PURA REFLEXION

Hay veces que por más vueltas que le doy a las cosas acaban terminando siempre en el mismo sitio. No hay quien las mueva.

El otro día, parada en un semáforo, se detuvo a mi lado una suntuoso vehículo de color negro que me impresionó. Lo conducía una mujer joven, alrededor de unos treinta y tantos. Guapa y elegante.

Al verla pensé:

"Vaya coche lleva la señora".

Segundos después me di cuenta que el comentario no llevaba buenas intenciones y me sentí mal.

Salto como un resorte cuando oigo esos deplorables comentarios ridículos y arcaicos sobre las mujeres cuando hacen las mismas cosas a las que solo los hombres están acostumbrados.

De repente una reflexión invadió mi mente y llegué a la conclusión que el 99% de las personas es lo que verdaderamente piensa cuando se ven cosas como esta:

¿Qué es un hombre que va dentro de un vehículo de poca monta?

Un mindundi, un desgraciado y un fracasado. Un currito que ya es bastante.

¿Y una mujer?

Que suerte, ya puede ir a recoger a los niños al colegio sin mojarse cuando llueve, o mejor aún, ir a la compra sin tener que tirar del carro como una mula.

La cosa cambia cuando lo vemos al revés:

¿Qué es un hombre que va dentro de un vehículo espectacular?

Un tipo de éxito, un prestigioso empresario, una respetada celebridad, yo que sé.

¿Y una mujer?

Seguramente será el coche del marido o seguramente es una choni de dudosa reputación (sobre todo si es rubia), o "algo" de alto standing...  

Se me abren las carnes solo de pensarlo.

Pero desafortunadamente esta es la realidad porque nadie escapa a estas reflexiones.

Qué pena. A estas alturas de la vida y todavía con estas cosas.

EL GUANTE VERDE

"El guante verde". Novela escrita por Mila Aumente Gregorio.

La autora ha plasmado una gran dosis de sensibilidad, dulzura y sentimiento en esta, su segunda obra publicada.

SIN TITULO

SUEÑO

De qué me sirve soñar que estás a mi lado si no te puedo tocar?
Uy, perdona. No es un sueño es la pura realidad.
Parece mentira los kilómetros que pueden haber entre tu almohada y la mía.
Toma el tren del perdón que te estaré esperando en mi estación.