miércoles, 14 de mayo de 2014

PURA REFLEXION

Hay veces que por más vueltas que le doy a las cosas acaban terminando siempre en el mismo sitio. No hay quien las mueva.
El otro día, parada en un semáforo, se detuvo a mi lado una suntuoso vehículo de color negro que me impresionó. Lo conducía una mujer joven, alrededor de unos treinta y tantos. Guapa y elegante.

Al verla pensé:
"Vaya coche lleva la señora".

Segundos después me di cuenta que el comentario no llevaba buenas intenciones y me sentí mal.
Salto como un resorte cuando oigo esos deplorables comentarios ridículos y arcaicos sobre las mujeres cuando hacen las mismas cosas a las que solo los hombres están acostumbrados.
De repente una reflexión invadió mi mente y llegué a la conclusión que el 99% de las personas es lo que verdaderamente piensa cuando se ven cosas como esta:

¿Qué es un hombre que va dentro de un vehículo de poca monta?
Un mindundi, un desgraciado y un fracasado. Un currito que ya es bastante.

¿Y una mujer?
Que suerte, ya puede ir a recoger a los niños al colegio sin mojarse cuando llueve, o mejor aún, ir a la compra sin tener que tirar del carro como una mula.

La cosa cambia cuando lo vemos al revés:

¿Qué es un hombre que va dentro de un vehículo espectacular?
Un tipo de éxito, un prestigioso empresario, una respetada celebridad, yo que sé.

¿Y una mujer?
Seguramente será el coche del marido o seguramente es una choni de dudosa reputación (sobre todo si es rubia), o "algo" de alto standing...  

Se me abren las carnes solo de pensarlo.

Pero desafortunadamente esta es la realidad porque nadie escapa a estas reflexiones.

Qué pena. A estas alturas de la vida y todavía con estas cosas.










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