sábado, 31 de enero de 2015

¿Radical? ¿Qué es eso?

Vamos a ver si lo entiendo.
Últimamente no hago más que escuchar que si los radicales esto, que si los radicales lo otro, que todo se va a desmoronar, que si borregos, que si descerebrados... ¡Madre mía, qué manera de minusvalorar a toda una ciudadanía!
Me tiemblan las carnes sólo de pensar cómo aquéllos que un día lucharon contra viento y marea por conseguir una democracia justa, intenten arrastrar con salvaje escarnio a todo un clamor humano, entre los que me encuentro, que intenta defender su tesoro más preciado, LA DIGNIDAD, sólo por su propio interés.
Por eso me pregunto ¿radical?
Si tener una vida digna, un trabajo digno, una enseñanza digna, una sanidad universal digna, una vivienda digna y todo aquello que dignifica a un ser humano, valga la redundancia, significa ser radical, entonces lo soy.
¡Vaya! Por fin encontré la respuesta a la pregunta que encabeza mi propio artículo.

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