Qué gesto tan hermoso cuando su intención va impregnada de
limpia sinceridad, cuando los brazos que abrazan erizan la piel, cuando al unir
los cuerpos se transmite un profundo sosiego, cuando el susurro de unos labios
rozando el oído murmuran una bella palabra provocando en el corazón un bonito
sentimiento, cuando al presionar con suavidad los dedos transmite un “te
quiero”, cuando arropa mitigando la angustia, cuando el calor de sus ardientes
propósitos hace vibrar.
Sí, como los suaves nudos de un lazo es un gesto hermoso el
abrazo.
Una definición preciosa y muy poética
ResponderEliminarTe pido disculpas por mi tardanza en contestar. No había entrado en el blog en bastante tiempo intentando terminar mi nuevo libro.
EliminarMuchas gracias por el comentario que has hecho sobre este pequeño relato. Recibe un saludo.