Una preciosa mañana de primavera se encontraba Entelequia
sentada sobre una piedra cerca del río mientras observaba a unos pequeños
pececillos nadar bajo el agua cristalina. De entre los árboles de aquél
frondoso bosque apareció Oniria que la andaba buscando.
—Por fin te encontré —dijo sin perder la sonrisa.
Entelequia se giró y le ofreció su mano para que se sentara
junto a ella. Sin decir nada ambas volvieron a observar a aquellos brillantes y
vivarachos peces.
Mientras tanto, Quimera, como siempre, bailaba entre las
flores a la vez que entonaba una dulce melodía bajo la atenta mirada de Utopía
que trenzaba su larga melena rubia. De repente unas oscuras nubes se
concentraron entre sí impidiendo a los fulgurantes rayos de sol iluminar el
bosque sumiéndolo en un triste y desapacible anochecer. Pronto, las cuatro
damiselas corrieron rápidamente a reunirse en su morada para protegerse de
aquella oscuridad.
A lo lejos, por el camino, un extraño resplandor se iba
acercando lentamente hacia aquella bucólica casita de cóncavo tejado y ventanas
redondas desde donde ellas miraban recelosas. Poco después observaron a alguien
enfundado bajo una larga capa de color púrpura cubriendo con la capucha su
rostro. En su mano derecha portaba una especie de quinqué para iluminar la
senda. Tras sus últimos pasos llamó a la puerta. Las damiselas dieron un
respingo asustadas y se miraron entre ellas.
—Abre tú —dijeron a Entelequia a quien consideraban la más
valiente.
—Puede ser peligroso —respondió apretándose las manos.
—Quizá se haya perdido —manifestó Quimera.
—Tienes razón.
Tras unos segundos de vacilaciones abrió la gruesa puerta de
madera unos centímetros y le preguntó.
—¿Quién eres?
—Me llamo Independencia y vengo desde muy lejos —dijo una
dulce voz de mujer apenas levantando el rostro.
Entelequia abrió lentamente la puerta a la vez que la mujer se
despojaba de su capucha. Todas quedaron perplejas al observar su extraordinaria
belleza y la invitaron a entrar apenas sin reparo...
¿Quieres saber cómo termina?
Aquí encontrarás éste o otros microrrelatos con los que podrás disfrutar de un buen rato de lectura.
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